martes, 11 de febrero de 2014

Salón Enolia 2014

El pasado 27 de enero se celebró en el Hotel Domine el Salón Enolia, un evento al que como algunos ya sabréis los ResCatadores suelen asistir siempre que pueden. Esta vez también asistimos, y pasamos a comentaros nuestra experiencia.
Enolia es un evento para que las personas del mundo del vino y del aceite  tengan un punto de encuentro en Bilbao y las bodegas den a conocer sus nuevas producciones. Las alabanzas a este tipo de eventos siempre serán pocas y el esfuerzo de sus promotores debe ser siempre reconocido, sobre todo en un lugar en el que pese al disfrute que se hace del vino, las posibilidades de este tipo de encuentros es mínimo.
Pero por nuestra parte, y siempre con carácter de mejoría, debemos hacer una pequeña crítica. Se trata, digámoslo con cariño, del exceso de caras conocidas que vimos entre las bodegas. No es para quejarse del nivel que hay, ni muchos menos, pero siendo un sitio en el que se podrían descubrir nuevas regiones y vinos, el panorama puede resultar monótono si se van todos los años.
Dicho esto, y sin el menor ánimo de desmerecer, vamos a lo consistente. A describiros los vinos que nos pimplamos, que fueron muchos y para todos los gustos.
De primeras un blanco, QUÍBIA 2012, un vino mallorquín de cuya bodega ya hemos probado los tintos. Los veis en la foto y más adelante comentaremos. Un coupage de Pansal Blanca y Callet hacen de este vino algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados. El color pajizo, claro y limpio. Olvidaros de aromas frutales o florales más clásicos de otras denominaciones, y adentraros en aromas más mediterráneos, un toque a limón o casi evocando a marisco se podría decir (aunque igual es mucho decir). En boca también distinto, seco, pero fresco y con permanencia en boca. No hecho para potear (para mi gusto) perfecto para acompañar un pescado o unas gambas a la plancha.
De aquí, y con total cambio de tercio nos trasladamos a tierras leonesas. Allí nos esperaba Bodegas Vera de Tera. Probamos los 3 tintos principales de la bodega; Roble (100 % Tempranillo con 3 meses de barrica), Crianza (50% Tempranillo y 50% Prieto Picudo, con 12 meses de barrica) y el Reserva (100% Tempranillo y 24 meses de barrica). Encontramos bastantes similitudes entre ellos, frutos rojos en color y sabor (con las consecuentes diferencias por el periodo de barrica), complejos y ciertamente especiados. La diferencia más notoria que encontramos fue en el Crianza. El uso de la uva típica de la zona, Prieto Picudo, le daba de entrada un aroma más elegante y afrutado que nos agradó bastante y en boca resulto ser el más apreciado, persistente y más delicado de lo que me esperaba para dicha uva. Creo que tendrían que aventurarse a sacar más provecho de la uva autóctona, la han domado bastante bien y creo que le podría dar un toque al resto de vinos de la bodega.
De aquí nos dejamos caer en una bodega que es un clásico de muchos, de La Rioja, de los bares, de Enolia y de nosotros mismos. Se trata de CVNE y aunque con estas cuatro letras ya está todo dicho debemos hacer un parón aquí obligado por el trato familiar que unos de sus distribuidores nos ofreció. El elenco de vinos que nos hizo catar no tiene precio. Desde el Viña Real Reserva hasta el Contino, pasando por Imperial Reserva y el Imperial Gran Reserva 2005. Este último no es el afamado 2004, pero seguro que no lo desmerece porque estaba exquisito. Y cuando creíamos que no se podía superar, nos sacó el Contino Viña del Olivo, casi nos caemos de espaldas. Es uno de los vinos favoritos de una figura pública muy reconocida en todas las navidades, hemos de decir que el comentario general fue “no es tonto el señor este”. Un vino elegante, fresco, potente, con un despliegue de sabores en boca increíble. Lo que se dice un vino bien hecho de principio a fin. No asequible a todos los bolsillos ni mucho menos, así que cuando nos ofreció repetir no desperdiciamos la oportunidad.
Si bien al principio he dicho que es una pena que se repitan caras, también he de decir que esperamos ver a esta bodega todos los años.
Tocó turno después a la bodega Finca La Emperatriz, también D.O Rioja. Probamos la exitosa serie Terruño 2008, el Garnacha Cepas Viejas 2010 y el Parcela Nº 1 2009, un trío de 93 puntos de la Peñin. Excepcionales los tres.
Acudimos de nuevo a la bodega mallorquina AN Negra y tomar sus tintos. Ambos ya los conocíamos, ya que los hemos traido a nuestras catas, y repetido con posterioridad. El AN, con  65% callet, 20% mantonegre y fogoneu, 15% sirah con 13 meses en barrica. Es una buena forma de probar estas variedades, aunque quizá  le falte un poco de cuerpo. Su hermano mayor, el AN con 95% callet, 5% mantonegre y fogoneu, es un vino más hecho, otra cosa. A este último le falla su excesivo precio, en mi opinión.
Volvimos a la Rioja, a probar (es un decir) en bodegas Ramón Bilbao, su reserva 2008 Tempranillo 90%, Graciano y mazuelo 10%.  y el Mirto, 100% Tempranillo. Poco más se puede decir de estos caldos tan conocidos. Los típicos con los que siempre aciertas en una comida.
En resumen, nuestra humilde apreciación como aficionados,  es que había demasiados lugares comunes. Echamos en falta alguna cosa nueva, otras denominaciones…
Este tipo de eventos creo que tienen la función de dar a conocer bodegas con restauradores, tiendas y consumidores finales. Por ello, la presencia de tanta bodega tan conocida por todos, pensamos que altera el sentido de estos salones.
Es por esto que, al margen del éxito comercial para las bodegas asistentes, salimos del Salón con las ganas de habernos encontrado otra cosa.



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